Ángel, Guardián de Vida en la Emergencia
Artículo destacado en la Edición 299 de la Revista Aeronáutica, publicación oficial de la Fuerza Aérea Colombiana. El día llegó, por primera vez el helicóptero Black Hawk UH-60 Ángel realizaría la evacuación aeromédica de cuatro soldados del Ejército Nacional con posibles síntomas de COVID-19, una operación rutinaria para nosotros, pero las exigentes medidas de bioseguridad en el tratamiento de estos pacientes nos obligó a reinventarnos y transformar los procedimientos.
¿Cómo se logró?
Debido al aumento de los casos de COVID-19 en Colombia, el Escuadrón 513 perteneciente al Comando Aéreo de Combate No. 5, CACOM 5, Rionegro, Antioquia, empezó a documentarse e investigar cómo otros países efectuaban traslados aeromédicos en helicóptero de personas contagiadas con el virus, tomando como referentes naciones europeas, pioneras en este tipo de misiones.También, se tuvo como ejemplo la Fuerza Aérea Brasilera, que realizó traslados de pacientes civiles de hospitales con poca capacidad asistencial a clínicas de mayor nivel; con estas bases se elaboró el boletín No. 015, procedimiento de traslado aeromédico de pacientes con COVID-19 en helicópteros UH-60, en el cual se establecieron las instrucciones obedeciendo los lineamientos señalados por el Ministerio de Salud.
De inmediato, el Grupo Técnico y Grupo de Apoyo del CACOM 5, comenzaron a trabajar en un sistema de aislamiento para la tripulación, generando una zona fría y una caliente en la aeronave que permitiera la protección de los tripulantes y médicos, el resultado fue un éxito, se logró aislar la cabina con un panel, que brinda la separación adecuada y un lugar apropiado para el enfermo y los equipos médicos, en este punto ya podíamos hablar de un helicóptero y su tripulación listos para efectuar la misión.
La tarde del 10 de junio de 2020, el Centro de Comando y Control de la Unidad recibió un requerimiento de misión DELTA 2, evacuación aeromédica, empezamos el procedimiento de validación por parte del personal médico y se identificaron los síntomas relacionados con COVID-19, generando una alarma y activando el protocolo para este tipo de pacientes, posteriormente se puso en conocimiento del Centro Nacional de Recuperación de Personal, CNRP, de su Fuerza Aérea Colombiana que envió de Bogotá a Rionegro las cápsulas de aislamiento utilizadas para el transporte de pacientes con alto riesgo biológico. Inició la preparación de la aeronave y la tripulación, esto involucró la instalación del sistema de aislamiento por parte del Grupo Técnico, realizado en horas de la noche con todo el profesionalismo y las capacidades de los técnicos, equipos médicos, cápsula de aislamiento, así como, el entrenamiento de la tripulación en la postura y remoción de los trajes de protección.
Se planificó la misión, verificando las condiciones del área y meteorología, en el sector de Lloró, aproximadamente a 30 kilómetros de Quibdó, Chocó, también fue necesario la escolta con un helicóptero Rapaz del Comando Aéreo de Combate No. 4, por ser zona de alto riesgo dada la presencia de grupos armados organizados. Al día siguiente, la tropa informó meteorología óptima para el desarrollo de la evacuación aeromédica, de inmediato la tripulación del Ángel fue alertada y despegó del CACOM 5; a bordo del helicóptero se encontraba el piloto de la aeronave Celta, copiloto Polux, un tripulante de vuelo, un artillero, un médico de aviación y un técnico en atención prehospitalaria dispuestos a cumplir la misión sin importar dónde y en qué condiciones se requería.
Al llegar al punto, se inició la identificación del área, comunicación con la tropa en tierra y la autorización de ingreso a cargo del helicóptero Rapaz que después de hacer una evaluación de riesgo de amenaza aprobó la entrada del Ángel de metal; la emoción y la adrenalina aumentaban. La zona de aterrizaje era de difícil acceso, en medio de la selva rodeada de árboles de gran tamaño, que sumada a la alta temperatura exterior y el calor generado por los elementos de protección, afectaban el rendimiento de las tripulaciones.
El Ángel, con su versatilidad, una vez más logró aterrizar y empezó el desembarco del personal sanitario que llevaba consigo la cápsula de aislamiento. El proceso de alistamiento del paciente se dio en condiciones extremas, tomando signos vitales, evaluando su estado e ingresándolo a la aeronave; el helicóptero procedió a Quibdó para entregar al soldado bajo todas las normas de bioseguridad establecidas a los servicios médicos ubicados en la Brigada No. 15 del Ejército Nacional.
Fue necesario repetir la maniobra tres veces. Desde la cabina de mando se observaba al personal sanitario exhausto, el cansancio se apoderaba de ellos; habían pasado cuatro horas de operación sometidos a altas temperaturas, sin embargo, la satisfacción de salvar vidas superaba todo.
La misión concluyó y empezó el vuelo de retorno a Rionegro “La Casa de los Halcones Valientes”, dando parte del deber cumplido a través de una operación que engrandecía no solo a su Fuerza Aérea Colombiana, sino a toda una nación, dejando en alto el lema del Escuadrón 513 “No Dejar a Nadie Atrás”. Esta primera evacuación aeromédica de pacientes con Coronavirus en helicóptero fue una gran experiencia, con resultados satisfactorios por el alistamiento y toda la adecuación que hicimos para ajustarnos a este tipo de misiones exigentes, debido al riesgo de contagio, las altas temperaturas, los equipos de protección y las condiciones de la zona.
De esta manera, la Institución Aérea y el Comando Aéreo de Combate No. 5 evoluciona y pone al servicio del país todo su profesionalismo, experiencia y vocación con el único objetivo de seguir salvando vidas, enfrentando situaciones adversas para brindar esperanza a quien más lo necesita. Este tipo de contenidos y más en nuestras ediciones impresas, donde publicamos información de primera mano sobre las capacidades de las tripulaciones y aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana.
