Arava, Todo Tiempo, Todo Terreno
Artículo destacado en la Edición 294 de la Revista Aeronáutica de la Fuerza Aérea Colombiana
“Israel brotará y florecerá, Israel llenará la superficie del mundo con frutos…” Isaías 27:6.
Esta profecía se cumplió con el importante surgimiento y desarrollo de la agricultura, en especial del desierto de Aravá, la zona más árida, periférica y aislada de Israel. Un lugar donde la escasa tierra fértil hacía pensar en un futuro poco promisorio, no obstante, en la actualidad responde por el 50 por ciento de las exportaciones de vegetales frescos de ese país; “es el resultado de una larga lucha contra difíciles y adversas condiciones, además del máximo aprovechamiento de recursos hídricos y tierra cultivable. Su éxito radica en la determinación y el ingenio de los agricultores y científicos que se han dedicado a desarrollar una actividad floreciente en una nación en el que más de la mitad de su superficie es un desierto, demostrando así que el valor real del suelo depende en gran medida de la manera en que es utilizado”.
Como una analogía a este desarrollo, la IAI, Israel Aircraft Industries, fabricó el avión Arava, como respuesta táctica a la necesidad de las fuerzas militares israelíes de tener una aeronave de ala fija que movilizara carros livianos tipo Jeep o paracaidistas a cualquier lugar, constituyéndose en un avión STOL 2, es decir, de despegue y aterrizaje en pistas y campos cortos, como el desierto de Aravá, del cual recibe el nombre. Está diseñado y fabricado con el propósito de cumplir operaciones en áreas de difícil acceso, brindar las ventajas de un helicóptero, pero con la economía y capacidad de carga de un avión.
La Fuerza Aérea Colombiana cuenta con este equipo, que por la forma de su fuselaje es cariñosamente llamado el huevito, papaya o sandía; lo que pocos conocen es que esta curiosa aeronave, al igual que un huevo Kinder está lleno de sorpresas con diversas capacidades que lo destacan como un avión táctico. En 1980 se adquirieron tres Arava con los números de cola FAC 951, FAC 952 y FAC 953. En la actualidad solo el FAC 1952 es operativo, único en el país y uno de los pocos que quedan en el mundo, Short Take Off and Landing aterriza en pistas ubicadas en medio de la agreste geografía nacional, de terrenos complejos e infraestructura aeronáutica limitada, como la de Planadas, Tolima, que tiene aproximadamente 700 metros; La Uribe y La Macarena, Meta; San Vicente del Caguán, Caquetá, y Ocaña y Tibú, Norte de Santander, que son críticas para otras aeronaves pero el Arava arriba en ellas sin contratiempos.
Realiza misiones de transporte de personal; evacuaciones aeromédicas, ya que puede adaptársele 12 camillas y, aunque no es presurizado, cuenta con tomas de oxígeno para cada herido o pasajero; paracaidismo militar, salto libre y lanzamiento de carga al retirarle la puerta principal y parte del fuselaje por donde se efectúan los saltos en vuelo; transporte de cargas sobredimensionadas y también se le instalan en los puntos duros ametralladoras y lanza cohetes, de ser requerido como sistema de armas tácticas, por ello su cabina aún conserva la mira original cerca al windshield o parabrisas del piloto. Estas capacidades convierten al Arava en un avión militar de gran utilidad para el contexto operacional por su práctico cambio de configuración.
Algunos de sus vuelos no son de índole militar, pues ha servido para transportar niños desde lugares remotos en medio de la selva hasta ciudades capitales, donde además de conocer otros pueblos, muestran su cultura y costumbres a través de presentaciones artísticas. Misión aparentemente sencilla, pero de gran trascendencia para los pequeños y sus familias. También, lleva abastecimiento a personal de las Fuerzas Armadas que se encuentra en regiones alejadas.
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